Va a quedar atrás.

Van a quedar atrás las risas que me sacabas y las carcajadas que me provocaba pensar en vos y yo. Va a quedar atrás ese amor maternal que te tenía, ese querer protegerte siempre, va a quedar atrás. El olvido va a caer como lluvia en un día de noviembre y va a pasar también como ésta. Va a quedar atrás. Va a quedar atrás el amor sin barreras que te tenía. El esperarte cuando viajabas y esas malditas ansias. El querer tu beso, tu saludo, tu abrazo y tú caricia va a quedar atrás. Va a quedar atrás el llamarte cada vez que surgía un problema, cuando la realidad me ahogaba o cuando anhelaba tan sólo por tu voz. Va a quedar atrás. Se acabará la felicidad parpadeante de ir a verte en colectivo como si fuera una aventura que me llenaba de incertidumbre, hacer algo y esperar que tú lo notes, llorar por tu indecisión y orar por todas las penas que te acechaban, todo esto también quedará atrás. Quedara atrás esa sonrisa mía que vos me sacabas. Y la intensidad de mi carcajada que podía romper finos cristales, esa que era tan tuya como mía, quedará atrás. Si creí alguna vez que todo quedaba atrás menos vos me equivoque. Vos quedaste atrás. Tan presente en mi pero tan lejos. ¿Tu recuerdo en mi algún día quedará atrás? ¿Conseguirá olvidar a el zorro que más amo pero nunca pudo domesticar? No lo sé. Ojalá que si. Sería necesario para poder seguir.             Jael