Y tenía la sensación
de vivir buscando algo que perdió
quien sabe que
quien sabe donde.
Y tenía en la mirada
el brillito de los que saben ver más allá (en lo profundo)
Y en la boca
la dulzura de la fruta madura
y la amargura de un último cigarro
en la noche más fría de aquel septiembre.
Jael
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