♡ ☮ ♪✿

Tanta fuerza y tanto amor hacen al mundo girar, algún día lo descubrirás . . .

16 de agosto de 2017

Hache, parte mil uno.

¿Y que fue del amor que no fue? Que habrá sido de vos, y de mi, que se yo. ¿Y de los dos juntos? Eso si lo sé: no fue nada. Camino los lugares de siempre y ya no estás, pero a veces alucino unos micro segundos o creo que te veo a través del rabillo del ojo cuando diviso a alguien con lentes y cabello ordenadamente desordenado (como vos), cuando fijo la mirada me percató de que no sos vos (ni de cerca) pero esos micro segundos bastan para que el corazón pegue en salto con la idea de cruzarte, de volver a tenerte cara a cara, aunque ya no me mires y hagas como si nada, aunque bajes la mirada, aunque ignores mis mensajes y mis llamadas, aunque hagas como si no existiera. Pero acá estoy, existo, muy a tu pesar, y a veces también a pesar mi (como cuando te extraño). Que cosa horrible el apego (aún más feo que la palabra). Apego no es amor. ApEGO es eso; ego. Me gustaría que aunque nuestra historia quedo inconclusa y no terminó como lo esperábamos (el fin fue repentino, tu decisión drástica) aún me pudieras mirar a los ojos y decirme: Hola. Por lo que te quise (Y te quiero). Por lo que sé me quisiste. Pero no. Quizá es inmadurez, o no se que, pero no te sale. Preferís mirar hacia el lado opuesto, esquivando mi mirada, haciéndome sentir que soy indigna de tu saludo (cosa que se no es así) haciéndome doler y llorar por no entender. No entiendo. No te entiendo. Si hubiéramos terminado mal, con discusiones o enojos. Pero no. Terminamos bien, con una decisión ambivalente, más tuya que mía claro, a la que yo sólo pude con un nudo en la garganta, reírme por lo ridículas y lejanas que me sonaban tus palabras, abrazarte por última vez y dejarte ir. Creyendo que al otro día me dirías que estabas con los patitos mal acomodados, que olvidemos ese día. Pero no. Al otro día tu decisión estaba mas firme que nunca y siendo llevada a cabo, tu corazón ya era una fortaleza, cómo antes. Y yo sin poder aún asimilar nada, tus palabras, tu mirada de resignación, que decía mucho más que nada, tus lágrimas. Con el tiempo quizá lo asimile. ¿Dejarme así? No lo entendía. Primero vino la incomprensión ¿por qué me dejaste así? Si vos te fuiste con lágrimas en los ojos, será que algo me querías. Pero si me querías ¿por qué? Luego la bronca. Si me dejaste, tanto no me querías. ¿O siempre fuiste de esos flacos que se rinden tan fácil a la primer tormenta? Y si eras de esos, quizá convenía que te hayas ido lejos. Después la tristeza, de saber que de eso que podía ser tan lindo, ya nada queda. Vos lo dejaste todo tan fácil. Y yo me quedé acá, tratando de asimilar que pasó, en tan poco tiempo que hicimos tan mal (o que no hicimos). Ya pasaron seis meses desde el día que nos dejamos (vos decidiste que nos dejáramos, quizá para expiarte las culpas, o para quien sabe qué) lo dijiste así, sin más. No me dijiste "Te dejo" "No te quiero mas" "No funciono" "No te quería tanto como pensaba". Dijiste:lo dejamos acá, será mejor dejar de vernos. Como si no hubiera nada malo en vos ni en mi, sólo que los dos juntos no funcionamos.
                                                                                                                     Jael

No hay comentarios:

Publicar un comentario