Dile que no sea cobarde, que ya lo ha sido, y ha ocupado el cupo de por vida.

Yo conozco de memoria los lunares en forma de tres Marías de tu mejilla derecha, tu particular forma de hacerme saber que todo siempre iba a estar bien. Esa larga lista de frases y dichos populares que usabas todo el día, todos los días. ''Alma vieja en cuerpo nuevo'' pensaba varias veces cuando recién te había conocido, y eso me gustaba tanto. Creo que se me va a olvidar el tinte de tu voz, temo eso. Si no fuera por el audio diciéndome ''te quiero'' que aún guardo en el drive. El mismo que nunca abro, porque no quiero verlo. No me resistiría a escucharlo porque eso me produciría una particular tristeza con desesperación a la que no quisiera volver, ya transitando esta resignación post dolor. Algunas veces me acuerdo de vos, inconscientemente, de cosas que amaba de vos, de pequeñas particularidades que encajan divinamente con mis exquisiteces a la hora del querer, de añorar, de desear, de conversar, de tomar mate, de caminar, de sentarnos en el banquito de una plaza sin nigun otro objetivo más que estar, y de todo eso que crece desde lo intangible y desde lo pequeño hasta ser arrasador. Como vos, como yo, como lo que fue (y lo que no) como la vida misma, como todo lo que ya no será, como lo que te quise, y lo que te odié al terminar, como lo que te sigo queriendo, como la añoranza anida por siempre junto a recuerdo.
13/12/19 Jae