hay que construir desde lo que nos tocó. Por más injusto que sea, por más que duela el abandono, el desentendimiento, el desinterés. Crecés, pero el abandono de un padre nunca deja de doler. Vez algo que toca una fibra interna y nuevamente, duele. Porque saber que nunca va a ser igual, que no pudiste disfrutar como esos chicos que tuvieron a su padre siempre presente. que se te privó de eso y que no conociste ese amor. Porque él no quiso, no pudo, o siemplemente porque los adultos toman decisiones estúpidas a veces, igual duele.  es una relación que pareciera nunca sanar, y cuando avanzas, vuelve a retroceder, vuelve a incomodar, vuelve