quiero verte

preguntarte si es verdad que me olvidaste

porque yo aún no he podido perdonarme

Hoy y vos, un pasado tan presente en mi.

Soñé que me subía a un colectivo línea 1 manejado por mi abuelo, que se dirigía hacia alguna extraña zona rural, como yendo al aeropuerto pero el camino era mas descampado, menos poblado, más campestre y rústico. Había en los asientos varias personas de mi familia o conocidas, mi tía Ana, mi papá, su mujer fui saludando a algunos y esquivé a los últimos dos, nada fuera de lo común hasta ahí. Un colectivo lleno de familiares yendo seguramente a algunas de esas reuniones familiares atiborradas de gente que les encantaba organizar hasta hace algunos años atrás. 

En los asientos del medio estaba Hernan, y yo que venía saludando a todos con un beso tuve que saludarlo también. Sentí su rostro siempre amable, siempre suave, sus lunares siempre en el mismo lugar pero nunca tan exactos, su barba siempre a medio crecer o a medio recortar, quién sabrá. Su cuerpo siempre flacuchento y con apariencia de dócil. Un beso en el cachete como al pasar y chau.

En el fondo, en los últimos asientos de atrás, estaban mi hermana Lara y prima Aitana que me recibieron con besos y abrazos apretujados (como siempre). Ese afecto que se materializa en lo tangible tan eufóricamente, cosa que amo. 

¿Qué será? ¿Qué representará? ¿De dónde vendrán esos sueños tan locos? ¿Qué nos querrán decir? ¿Querrán decir algo? No lo sé. 

Sólo sé que soñé con vos y no fue gratis. Me la pasé el resto del día pensando(te)

Birdy - Wings

De instituciones y sus peripicias

 Sus clases despiertan una parte revolucionaria de mi que no me gusta. Porque luego la misma institución me castiga por esas ideas.

The Lumineers - Cleopatra

Sueles regresar

 Mucho antes de marcharte ya te fuiste, aunque sueles regresar con el otoño, dibujada en los aromas te resistes, empuñando el filo gris de mis insomnios. 

Gastón Bordón

Estalla una tormenta cuando me cuentan de ti.

No sé por qué razón mi corazón siente la fuerza de un imán cuando tú estás en la ciudad.
No sé por qué razón dentro de mí estalla una tormenta cuando me cuentan de ti.
Y la memoria se me llena de perfumes y caricias, de recuerdos que me envenenan.
No sé por qué razón el porvenir es una pesadilla tan gris.
Márchate de mi vida, llévate mi pasión.
Ya sé que tengo que sobrevivir, como si nunca hubiera compartido contigo la primavera y no prestarme más al juego cruel de tus labios, de tu risa, de tus ojos que me hipnotizan.
Tendré que imaginar algún lugar donde esconderme con mi amiga la soledad, lejos de la tentación de tus labios, de tu risa, de tus ojos que me hipnotizan.
Autor(es): Joaquín Sabina, Javier Gurruchaga, Esteve Coll