Nunca conoció la gloria en cuestiones del amor.

 Estuve muy enamorada de vos, siempre te quise y siempre te voy a querer. Me arrepentí años de haberte dejado ir, de mi orgullo, de tu terquedad, de haberte dejado pasar, y de que me hayas dejado pasar. Sé que vos seguramente no, porque si no me hubieras hablado, no sé, algo. Sé que para vos no fui lo que vos fuiste para mi, el amor de mi vida, la persona que más me marcó. Tuve que ir a terapia para superar el pozo de tristeza en el que me sumergí cuando me faltaste, cuando ya no tenía tus buenos días cada día para arrancar. Vos me dabas ganas de ir hacia adelante, de avanzar. Por lo poco que compartimos nunca pude saber si éramos lo suficientemente compatibles y hoy quizá ya nunca lo sabremos, pero eso no quita lo que te quise y quiero. Con sólo verte, conocerte, escucharte, leerte, desde aquel día en que me abriste la puerta camino a la fotocopiadora, supe que no eras como los demás, que estabas fuera de serie, que me ibas a marcar, fuerte y al frente, que me ibas a golpear, como eso que golpea pocas veces en a vida.