La vida también se trata de renuncias, de saber soltar aquello que ya nos soltó, de olvidar a quienes no les importó olvidarnos. Los duelos por amistades que simplemente terminaron sin una explicación son particularmente dolorosos, uno intenta encontrar y crear en su cabeza miles de explicaciones y escenarios posibles acerca de porqué perdimos lo que teníamos y considerábamos tan especial y eterno. Simplemente dejas de coincidir con alguien, esa persona deja de sumar aspectos positivos a tu vida y la relación se distancia cada vez más y más. Creo que al menos me quedan los recuerdos de haber tenido una amistad tan especial, junto a una persona que por años consideraba mi alma gemela, quien me entendía como a nadie, con quien me reía hasta el ahogo, y charlaba interminables horas de madrigada hasta quedarnos dormidas. Simplemente, lo perdimos.
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