Y aunque no volvamos a encontrarnos, jamás habrá en mi mundo alguien igual a vos, nunca habrá en tu mundo alguien como yo. Fuimos chispazo, fuimos fusión y transformación, y no pude ser la misma después de conocerte, y fuiste tan bueno, y me cambiaste tanto, aún lo seguís siendo, seguro, lejos, pero seguís. Esa esencia tuya tan incorrompible, tan transparente, tan nítida, sé que te reconocería en un millón de años, y hasta en otros cuerpos, porque un almita así no se encuentra dos veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario