♡ ☮ ♪✿

Tanta fuerza y tanto amor hacen al mundo girar, algún día lo descubrirás . . .

13 de junio de 2020

“Sentados en corro merendábamos, besos y porros
y las horas pasaban deprisa entre el humo y la risa.
Te morías por volver con la frente marchita cantaba Gardel
y entre citas de Borges, Evita bailaba con Freud,
ya llovió desde aquel chaparrón hasta hoy.”
Como toda historia de amor que se precie, comienza con una bella estampa, con la felicidad poblándolo todo. Y de esta forma, los personajes argentinos que aparecen tenían que ser de prestigio. El mejor cantante de tangos de la historia, Carlos Gardel, cuya importancia es vital en la canción. No sólo el título está cogido de su tango más famoso si no que también a lo largo de la canción el acompañamiento musical nos recuerda al del género musical argentino por excelencia. El escritor más famoso del país de la pampa, Jorge Luis Borges; y la primera dama más conocida de todas, Evita Perón. Ya desde el principio de la canción, Joaquín hace guiños a su público argentino. Algo de lo que me beneficio directamente, ya que un porcentaje bastante alto de los visitantes de este blog son de allí.
“Iba cada domingo a tu puesto del rastro a comprarte
carricoches de miga de pan, soldaditos de plata.
Con agüita de un mar andaluz quise yo enamorarte
pero tú no tenías más amor que el de Río De La Plata.”
La historia de amor nos dibuja a una chica, o mina como dicen por allí si no me equivoco, argentina. Al principio la sitúa lejos de su lugar de origen, pero a lo largo de la canción iremos viendo su evolución, y que la llevará nuevamente a orillas del río de la Plata. Es hermoso ver la mezcla que hace entre España y Argentina, utilizando como metáfora el agua, por un lado del mar andaluz y por el otro del Río De La Plata. Aquí ya se empieza a vislumbrar que la chica tiene su corazón en Argentina, y nos vaticina un poco cuál será el desenlace de la historia.
“Duró la tormenta hasta entrados los años ochenta
cuando el sol fue secando la ropa de la vieja Europa.
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió
Mándame una postal de San Telmo, adiós cuídate
y sonó entre tú y yo el silbato del tren.”
El regreso de la chica a Argentina coincide con el regreso de otra mujer muy linda y bella, llamada democracia, tras varios años de dictadura. Tirando de metáforas, como no podía ser de otra manera, la dictadura aparece como una tormenta, o un chaparrón, que afortunadamente se acaba extinguiendo para dar paso a un sol brillante que alumbre a un futuro esperanzador. Y ahora llegamos a una de las frases más geniales de todas las que le he escuchado a Joaquín, atentos, memorícenla bien porque es impresionante “No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”. Que levante la mano quien nunca haya tenido esta sensación.

Desafortunadamente, en muchas ocasiones la falta de arrestos, de valor nos lleva a utilizar la técnica del avestruz y meter la cabeza bajo tierra; en lugar de alzarla bien alto y dar un paso al frente. Demasiadas veces nos buscamos una excusa burda para posponer una declaración de intenciones, nunca es buen momento, siempre pensamos que es mejor esperar un poco más. Lo atroz es que ese poco más se prolonga tanto, que llega un momento en el que las posibilidades se extinguen. Es entonces cuando echas de menos aquellos momentos en los que tenías tus opciones, y lo peor de todo, como no intentaste nada, no te llevaste el premio, pero tampoco el fracaso; y el resultado de todo es que idealizas lo que pudo haber sido y no fue.

Llegamos a la temida despedida, donde todo son buenos propósitos que casi nunca se cumplen. Es algo demasiado común, siempre que te despides de alguien al que no tienes la certeza de cuando vas a volver a ver todo son buenas intenciones…y falsas promesas. Los primeros días si que se cumplen, y todo parece ser igual que siempre aunque la distancia esté por medio. Sin embargo, es un obstáculo demasiado alto, y paulatinamente la distancia se va transformando en el olvido. Olvido que aparece en la siguiente estrofa.
“Aquellas banderas de la patria de la primavera,
a decirme que existe el olvido, esta noche han venido.
Te sentaba tan bien, esa boina calada al estilo del "Che".
Buenos Aires es como contabas, hoy fui a pasear,
y al llegar a la Plaza de Mayo me dio por llorar
y me puse a gritar: "¿Dónde estás?"
Aunque el olvido haga su entrada en escena, tampoco es justo darle todo el poder. Hay determinadas ocasiones en las que la memoria cumple dignamente con su papel y nos deleita con recuerdos de todo aquello que alguna vez amamos, aunque no fuéramos capaces de demostrarlo. Seguimos con nuestra ruta particular por Argentina, y hablando de recuerdos e imágenes, la boina calada del Che está en el imaginario colectivo de todo el mundo. Uno de los iconos de la ciudad de Buenos Aires es la Plaza de Mayo, y en la canción hace referencia a uno de los acontecimientos más duros de los que se ha vivido allí, Las Madres de la Plaza de Mayo.

Era un asociación creada durante la dictadura, y se creó con la intención de recuperar con vida a todos los que habían sido “detenidos” y que estaban desaparecidos, se estima que fueron unos 30.000. Estas madres querían que Videla las recibiera, y efectuaron una manifestación pacífica para saber cual era el paradero de sus hijos. Estas concentraciones se hicieron comunes y cada vez más numerosas, tenían lugar todos los jueves de 15.30 a 16.00. Permanecían en grupo y de pie, sin moverse. Pero los policías les obligaron a que caminasen de dos en dos porque el país estaba en estado de sitio y se prohibían los grupos de tres o más personas. De esta manera lo que hacían era marchar alrededor de la Pirámide de Mayo. Para ser reconocidas comenzaron a utilizar un pañuelo blanco que hicieron con la tela de los pañales, para representar así a sus hijos. Dicho pañuelo se convirtió en un símbolo.
“Y no volví más a tu puesto del rastro a comprarte
corazones de miga de pan, sombreritos de lata.
Y ya nadie me escribe diciendo: No consigo olvidarte
ojalá que estuvieras conmigo en el Río De La Plata.”
Como nos temíamos, la relación acabó por extinguirse. Queramos o no, una gran mayoría de las relaciones, ya sean fallidas, frustradas o agotadas, acaban de la misma manera. Da igual el grado de complicidad que hayas alcanzado, es más, muchas veces cuanto mayor ha sido, más rápido e irreversible es el olvido. Resulta desconcertante ver a esa persona nuevamente y sentirte como un completo desconocido, y ser incapaz de mantener una conversación medio coherente con ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario